Está demostrado que el interés por la lectura se aprende, se trata de una herencia familiar. El gusto por la lectura, por lo tanto, brota de la importancia que se le otorga en el hogar. Las personas adultas son un modelo de lectura para las más jóvenes porque propician que la lectura sea un elemento esencial del ambiente cotidiano, y porque inspiran en la niña o niño una admiración cargada de afecto.
En casa, a través de la familia directa, padre, madre, hermanos y hermanas es donde descubrimos el lenguaje. Por ello, la familia es el primer agente de aprendizaje.
La familia tiene el deber y la obligación de desarrollar la motivación por la lectura, usando todos los recursos y herramientas que encuentra a su alrededor y utilizando cualquier excusa, desde leer en alto cualquier nota o cartel cuando el niño o niña es muy pequeño, demostrando así la magia existente tras cada letra escrita, introducir los libros con muchas ilustraciones como los tebeos o cómics, comentar fotografías, hojear con cualquier excusa libros, escuchar cintas de cuentos, cantar canciones, etc.
Autoría: Mª del Mar Merayo Asociación Vagamundo
Ilustraciones: Isidre Monés
Coordinan: Jesús María Sánchez Herrero, Nuria Buscató Cancho, Isabel Bellver Vázquez-Dodero Edita: CEAPA, MADRID. Primera edición: Diciembre 2013
Contenidos:
- A leer se aprende
- Factores afectivos asociados a la promoción de la lectura
- Sugerencias para desarrollar la autoestima del niño o niña frente al aprendizaje
- Sugerencias para despertar en los niños y niñas el interés por la lectura desde una perspectiva positiva
- La importancia del juego en el aprendizaje de la lectura
- Los SÍ y los NO de la lectura
- Cuándo empezar
- Criterios para seleccionar lecturas
- Conclusiones con respecto a la animación a la lectura y a su aprendizaje
- Recursos para promover la lectura en el hogar